jueves, 20 de mayo de 2010

Las arteterapias antroposóficas

El ser humano tiene las relaciones más diversas hacia los diferentes ámbitos de la naturaleza, que la ciencia ha investigado desde desde hace siglos.
En la medicina antroposófica se aplican cantidad de remedios elaborados, desde minerales, plantas o sustancias del reino animal.
Pero el ser humano también tiene una estrecha relación hacia los ámbitos de la cultura: el arte, las formas, los colores, el lenguaje, el movimiento que están sometidos a determinadas leyes.
Las terapias antroposóficas aplican las fuerzas formadoras y transformadoras de movimiento, habla, música, de colores y formas que actúan en el hombre en su potencial terapéutico.
Se desarrollan desde cada arte las leyes específicas que actúan en el organismo humano para determinados métodos terapéuticos. Abren nuevas posibilidades a través de las que los pacientes pueden participar e interferir de modo activo en su propio proceso de sanación.
Las terapias artísticas son prescritas y acompañadas por los médicos. Se realizan con un terapeuta especializado, formado en su campo de arteterapia correspondiente. Se tratan pacientes con enfermedades físicas y psíquicas. Estas terapias son parte integrada del tratamiento en todos los hospitales y clínicas antroposóficos tanto como en centros terapéuticos y consultas médicas. También se aplican en trastornos evolutivos en la pedagogía y psiquiatría infantil.

Las terapias artísticas se basan en los medios específicos de cada arte. Por ejemplo: la forma en el modelado, el color en la pintura, el intervalo en la música, la consonante en la terapia del habla. Su efecto en los procesos psicológicos y fisiológicos permite activar las fuerzas regeneradoras en el paciente. De ahí pueden surgir nuevas orientaciones también para el tratamiento médico.


El modelado lleva al imaginar, vivenciar y actuar a una interacción viva. Aplicado específicamente, fortalece y regula las fuerzas vitales y las fuerzas del Yo. En primer lugar se trabaja con las manos directamente, formando la arcilla. El paciente participa de manera activa en su propio proceso, trabajando con madera, piedra, arcilla; para cada patología individual se desarrolla un ejercicio o una secuencia individual.


En la pintura se estimulan procesos fisiológicos tanto como procesos conscientes a través de diferentes métodos de pintura, dibujo y color. El trabajo con el color calienta y relaja el organismo, profundiza la cualidad de vivencias en el alma. Estimula procesos de fluidez, estructuración y estabilización en el organismo. Se actúa de manera específica sobre procesos enfermizos o patrones anímicos desequilibrados, sea en estado agudo o crónico.

La música trabaja con gran variedad de instrumentos fáciles de tocar, de viento, de cuerdas, percusión, tacto tanto como con el canto. Los instrumentos y la voz se manejan diferenciadamente de manera activa o a través de la escucha. Los tonos, intervalos, sonidos, melodías, armonías y ritmos escogidos actúan sobre el conjunto sutil de cuerpo, alma y espíritu
y liberan las fuerzas de autosanación en el paciente.
El arte de la palabra aplica el habla y la expresión como medio para la autoformación. Ejercicios de modulación, gesto, voz y aliento activan procesos fisiológicos y psicológicos que se pueden aplicar en problemas de respiración, voz y habla. La aplicación de elementos poéticos como la lírica, épica y el drama actúan específicamente sobre la autonomía humana – desde la autoinmunidad hasta la biografía consciente e individual